24 de febrero de 2020
Tras el duro percance que sufrió el torero yucateco Orlando Valentín Briceño Sosa "El Vale", el pasado 22 de septiembre en la Plaza de Toros de la localidad de Akil, Yucatán, la vida no ha sido fácil para él, fue sometido a tres intervenciones quirúrgicas en el rostro, quedando una pendiente y desafortunadamente perdió el ojo izquierdo.
"Que te puedo decir, desde la cornada que sufrí en Akil, Yucatán, me ha cambiado la vida, ha sido un trance muy difícil, soy torero por afición, se que es una carrera dura y estoy consiente de los riesgos que se corren en la profesión, pero quiero ser alguien en los toros", expresó el diestro.
Orlando Briceño "El Vale", nació en Tekit, Yucatán, el 14 de febrero de 1995, y desde niño se aficionó a la fiesta brava cuando asistía a los festejos taurinos de las fiestas patronales en su lugar de origen, ha toreado en muchas ferias de la Península de Yucatán.
"Cuando tenía 14 años decidí ser torero, mis primeros maestros fueron Luis Basulto "El Chucho" y José Chan, quienes me enseñaron lo esencial del toreo y con ellos comencé mi carrera taurina, llevo 11 años como torero, y cuando no actúo me dedico a la sastrería. He recibido cornadas, y golpes, pero la de Akil, ha sido la más dura y complicada de mi carrera", comentó el torero.
Su recuperación ha sido difícil, no ha toreado desde el percance, hace cinco meses, y por lo delicado de las operaciones no se puede exponer mucho al polvo y al ejercicio extenuante, además de que la visibilidad ya no es la misma con la perdida del ojo izquierdo.
"Los médicos me indicaron que mi recuperación es de aproximadamente dos años, todavía me falta otra operación en la mandíbula, estoy evaluando la situación sobre mi futuro, llevó 11 años como torero y aunque haya perdido el ojo izquierdo mi afición ha aumentado, quiero estar recuperado por completo para regresar a los ruedos, aunque se que Dios tiene la última palabra", dijo Orlando.
Orlando Briceño "El Vale" quien tiene 25 años de edad se recupera en su humilde domicilio ubicado en Tekit, junto a sus padres el señor Miguel Ángel Briceño, y doña María Candelaria Sosa. Tiene muy clara su situación, y no se da por vencido, tiene carácter y pasta de torero.
"Estoy consiente de la situación que vivo, lo difícil y complicado que ha sido mi recuperación, estoy agradecido con Dios, con la vida, y con todas las personas que me han ayudado, la espera será larga, pero lo que si tengo claro es que soy torero y lo seré toda la vida", finalizó el diestro.
Fotos: Cortesía